José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar

editorial@mibienestarcr.com

Más personas empezaron a preocuparse por la alimentación saludable a raíz de la pandemia del Covid-19, dice nutricionista Adriana Alvarado

“Mucha gente no es consciente de que una buena alimentación ayuda a prevenir enfermedades y contribuye al bienestar. Se desconoce el tema de la alimentación preventiva, la nutrición preventiva”.

Lo dice la Dra. Adriana Alvarado, fundadora y directora del Centro de Nutrición Clínica (CNC), una empresa con más de 12 años de operación.

“La gente come porque tiene que comer, pero no es consciente de que hay que consumir más frijoles porque tienen fibra y es un alimento saludable, o incorporar más grasas buenas porque son antiinflamatorias”, afirma quien cuenta con una experiencia profesional de 16 años.

¿Por qué ocurre eso?

La gente está expuesta a muchísima publicidad de comidas rápidas y alimentos empaquetados en vallas, anuncios de televisión, revistas. Pero no hay comerciales que hablen de los beneficios de algunos productos; por ejemplo, el pan integral.

Aun así, ¿hoy día hay más conciencia sobre este tema?

Definitivamente sí. La conciencia se incrementó a raíz del Covid-19. Lo digo porque en el CNC tuvimos un crecimiento acelerado de consultas. Las personas se asustaron y empezaron a preocuparse más por su salud, empezó a haber más conciencia de la importancia de comer sano y hacer ejercicio.

¿Qué tanto peso tiene la nutrición en materia de bienestar personal?

Puedo decir que un 70% del bienestar está en la alimentación. Lo que comemos es lo que nos ayuda a prevenir enfermedades o a modificar el ADN para aumentar el riesgo de cáncer. El 70% está en la alimentación.

Le hago una pregunta que han de haberle planteado muchas veces, pero es necesaria: ¿Comer sano es sinónimo de comer caro?

No. Es más barato comprar zanahoria, brócoli o coliflor que comprar carne, chorizo o queso. Esto es lo que la gente no entiende. Es más barato comprar vegetales, lo que pasa es que a la gente le da pereza prepararlos porque piensa que es algo difícil. Sin embargo, es facilísimo; para eso estamos las nutricionistas, para dar ideas de cómo preparar los vegetales y todos los alimentos de una forma más económica, atractiva y saludable.

¿Es saludable la comida light?

Las alimentación sana no es la alimentación light. La alimentación sana es la alimentación natural, comer lo más natural posible, comer lo menos procesado posible. Compro una bolsa de frijoles y la cocino; no compro los frijoles enlatados.

Entonces, ¿lo light es enemigo de la buena nutrición?

No necesariamente. Depende de si la gente sabe usarlo bien.

¿Qué significa usarlo bien?

Usar esos alimentos en las ocasiones y cantidades necesarias. Hay que saber distinguir, leer las etiquetas para ver qué es saludable.

¿Podemos poner un ejemplo de un buen uso de lo light?

Un yogurt light tiene muchísimo menos grasa y calorías. Otro buen ejemplo es un queso light, porque tiene menos grasa y menos calorías.

¿Y un mal ejemplo?

Una galleta que diga que es light, pero que aunque tenga menos azúcar tenga el doble de grasa.

Hablemos del cáncer. ¿Qué es relevante saber en materia de nutrición?

Las investigaciones le confieren un peso muy grande al consumo de azúcares, carne roja, embutidos en el riesgo de desarrollar cáncer. Una alimentación muy procesada y las grasas saturadas tienen mucho peso.

“Si queremos ver esto desde un punto de vista preventivo, hay que tratar de tener una alimentación más natural, más frutas y vegetales, más carbohidratos integrales, leguminosas, menos carne y más pescado; inclinarse hacia una dieta más mediterránea». Esto aplica para cualquier tipo de cáncer.

“La nutirición es la prevención más económica que se puede hacer a largo plazo”.

¿Y si de la salud mental se trata?

Las últimas investigaciones señalan una relación muy fuerte entre el intestino y la mente; lo que como, afecta fuertemente mi parte mental. Si como algo que altera mi intestino y me genera gastritis o colitis, voy a ver afectada también la parte emocional.

“He visto pacientes depresivos cuyo padecimiento se degenera debido a una mala alimentación, así como otros que mejoran gracias a una buena nutrición”.