Una cirujana alza la voz contra las comidas grasosas

Una cirujana alza la voz contra
las comidas grasosas

Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
  1. Evite el consumo excesivo de alimentos grasosos.
  2. Incluya más productos con fibra en su dieta.
  3. Haga ejercicio físico para controlar el peso.

José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com

«La gente está comiendo muy mal, demasiada comida grasosa y entre más grasa, más riesgo de tener hígado graso y producir piedras en la vesícula», advierte la Dra. Cinthya Solano, cirujana general del Hospital Metropolitano.

La vesícula es un órgano pequeño que es utilizado por el hígado para almacenar un jugo (bilis) que él produce. Cada vez que una persona come, la vesícula biliar se contrae y libera bilis en el intestino delgado, en donde dicha sustancia contribuye con el proceso digestivo. Cuando la bilis se endurece, en la vesícula se forman bultos de material sólido

Dice dicha especialista que el hecho de que las personas estén consumiendo alimentos más ricos en grasa que en fibra (frutas, verduras, cereales integrales y legumbres) ha convertido a la cirugía de vesícula (procedimiento que la elimina para que no produzca más piedras) en una intervención muy demandada en los hospitales. (Es importante que usted lea la nota 6 ventajes de operarse la vesícula con laparoscopia).

La fibra, explica la Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano, reduce la rapidez con la que se digieren los alimentos, lo que provoca que el comensal se sienta lleno durante más tiempo después de comer.

Agrega ese banco de información rigurosa en materia de salud, que «la mayoría de la gente consume demasiada grasa en su dieta. Esto se suma a los problemas de salud, como la obesidad, el colesterol alto en sangre y las enfermedades del corazón». (Le recomendamos leer la nota «Lo primero que usted debe hacer para bajar de peso es quererse»).

Dra. Cinthya Solano cirujana general y especialista en cirugía laparoscópica, del Hospital Metropolitano.

«Hay quienes dicen que no se operan la vesícula  porque después no pueden comer grasas. Eso es falso; sí se puede, pero no mucha. El problema es que hay personas que luego de perder peso regresan pronto al chifrijo, las papas fritas, los hábitos de antes de ser operadas y recuperan los kilos perdidos», lamenta la Dra. Solano, quien cuenta con una especialidad en cirugía laparoscópica.

La laparoscopia es una técnica quirúrgica que le permite a los cirujanos observar la cavidad pélvica abdominal con la ayuda de un lente óptico llamado laparoscopio: un tubo delgado y flexible que tiene en un extremo una luz y una pequeña cámara de video. (Vale la pena leer la nota Cálculos biliares, ¿cómo detectarlos antes de que hagan daño?).

Es mediante ese procedimiento que los especialistas eliminan vesículas en las que hay piedras cuyos tamaños van desde un grano de arena hasta una pelota de golf, las cuales pueden producir mucho dolor y poner en riesgo la vida.

«La gente está comiendo muy mal», reitera la Dra. Cinthya Solano. «Se come poca comida casera, pues las personas ordenan alimentos grasosos por teléfono y se los llevan hasta dónde estén».

El problema se agrava, advierte, cuando tales consumidores no tienen el buen hábito de hacer ejercicio físico a diario. «Hay que mantener un peso saludable», aconseja.

Evite estas grasas…
  • Recuerde que «sin colesterol» no significa «sin grasa».

  • El colesterol alimentario es una sustancia similar a la grasa que se encuentra en todos los alimentos procedentes de animales. Esto incluye las yemas de huevo, la carne de res, las aves de corral, el pescado, la leche y los productos lácteos.

  • El colesterol alimentario no parece tener un impacto tan grande en el colesterol de la sangre como se pensaba. Pero, si tiene colesterol alto, hable siempre con su proveedor de atención médica o con un nutricionista certificado para ver qué le aconsejan.

  • El hígado fabrica todo el colesterol que necesita. Los alimentos ricos en grasas saturadas y trans hacen que el hígado produzca más colesterol del que produciría en otras circunstancias. Por eso es importante que limite el consumo de este tipo de alimentos.

  • Las grasas saturadas se encuentran en las carnes de res, los productos lácteos enteros, la mantequilla, la manteca de cacao, el coco y los aceites de palma. Algunos ejemplos de alimentos con grasas trans son la margarina en barra y las grasas presentes en pasteles, galletas y refrigerios preparados comercialmente.

Fuente: Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano.

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