Así fue la infancia
de un psiquiatra
aliado de los niños
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- Aproveche al máximo las oportunidades que le brinda la vida.
- Cultive la curiosidad, la sed de conocimiento.
- Invierta tiempo en la lectura.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
El Dr. Luis Diego Herrera Amighetti, psiquiatra infantil, quedó huérfano de padre cuando tenía 10 años. A partir de entonces, doña Virginia, la viuda, trabajó duro como costurera para que sus hijos estudiaran y salieran adelante.
«Mi familia pasó momentos económicos difíciles, pero éramos muy unidos, teníamos una excelente relación», recuerda el sexto de siete hermanos de aquel hogar que se formó en las inmediaciones de la Iglesia Nuestra Señora de la Soledad.
Fue en ese rincón capitalino donde nació, en 1952, y creció este profesional que vela por la salud mental de los niños. (Le invitamos a leer la nota «Los problemas de salud mental empiezan antes de los 18 años»).
«Yo era un niño sumamente activo, lleno de energía, deportista y que hacía cosas arriesgadas. Era extrovertido, disfruté de mi niñez», rememora el director del Centro de Salud Mental Herrera Amighetti, del Hospital Metropolitano.
En la escuela fue un buen estudiante, aunque no era un alumno dedicado y esforzado como sí lo fue en el Colegio Saint Francis, al que ingresó gracias a una beca.
«Al principio me costó adaptarme al nivel de exigencia de ese colegio, pero de pronto di un giro y empecé a enfocarme en intereses intelectuales; me gustaba escribir y en quinto año gané un concurso nacional de ensayo entre estudiantes de secundaria», evoca cómodamente sentado en un consultorio equipado con libros y juguetes para niños.
Después ingresó en la Universidad de Costa Rica, en donde estudió filosofía durante cuatro años, pero luego se pasó a medicina.
«Tuve la suerte de ir a estudiar a Harvard, en Boston, en donde estudié psiquiatría general, psiquiatría de niños y adolescentes y obtuve una maestría en salud pública», cuenta este sobrino del artista costarricense Francisco Amighetti (1907-1998); de hecho, la obra titulada «Niña», decora el consultorio del Dr. Herrera Amighetti. (Le recomendamos leer la nota Enséñele a sus hijos a manejar la frustración).
Dice este psiquiatra que siempre ha tenido un problema que es, al mismo tiempo, una bendición: siente un gran interés y curiosidad por todo.
«Leo sobre biología molecular, filosofía, política norteamericana… Me interesan muchas cosas, lo cual es un problema porque a veces cuesta focalizarse en una cosa; pero por otro lado es interesante y estimulante», confiesa.
Esa sed de conocimiento cuenta con un aliado importante: este médico no necesita dormir mucho; le basta con descansar seis horas. (Vale la pena leer la nota «El tabaco es lo peor que usted puede hacerle a su salud»).
«Comienzo a leer a las cuatro y media de la mañana. Gracias a que duermo poco, leo mucho en mi iPad, que es como mi cerebro, una maravilla», expresa este apasionado de la tecnología que también lee en el Kindle y en libros de papel.
Sus pasiones incluyen, además, el ejercicio, el deporte, y la música.
«Me gusta toda la música, desde la clásica hasta la popular, desde José José hasta Astor Piazzolla.
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