En la oficina,:
póngase en movimiento
✔ El contenido médico de este artículo fue verificado por la Dra. Joselyn Meza Peraza
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- Cambie de postura: muévase, levántese.
- Vaya a orinar en cuanto surja esa necesidad.
- Conozca las características y necesidades de su cuerpo.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
En materia de las múltiples posiciones en que las personas colocan sus cuerpos cada día, ¿cuáles son tres malos hábitos que suelen cometer quienes trabajan en oficinas y qué pueden hacer para corregirlos y evitar lesiones y enfermedades?
Le planteamos esa pregunta a la Dra. Liana Marín Masís, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, del Hospital Metropolitano.
Suelo pélvico es el conjunto de músculos, huesos y ligamentos que protegen la parte inferior de la cavidad abdominal y que sostienen y aseguran el funcionamiento normal de la vejiga, uretra, recto y útero o próstata.
Cuando esa zona se debilita pueden surgir várices, hemorroides, estreñimiento, dificultad para orinar, dolor genital y malestar lumbar, entre otros.
A continuación, un resumen de las respuestas de la Dra. Marín:
Primer error: No moverse, permanecer muchas horas quieto, sin hacer un cambio de postura, lo cual somete a presión las mismas zonas del cuerpo y lleva a la persona a retorcerse en la silla o encorvarse buscando posiciones indebidas.
Consejo: Muévase, levántese, haga pausas activas, permita que el intestino no trabaje estrujado. Esto ayuda a prevenir hemorroides y estreñimiento.
Segundo error: Postergar el acto de orinar, aguantar las ganas de ir al baño hasta que se tenga que ir apresuradamente.
Consejo: Hidratarse bien, de modo que haya que orinar cada dos horas; así, el trabajador no solo se pone en movimiento cada cierto tiempo, sino que respira, descansa, se tranquiliza y libera la vejiga, lo que ayuda a evitar infecciones en las vías urinarias.
Tercer error: Asumir que hay una postura física perfecta e idónea para todas las personas y, por lo tanto, imitar posiciones corporales o pensar que la silla que es buena para un compañero lo es también para todos.
Consejo: Cada quien debe conocer las características y necesidades de su cuerpo, de modo que pueda aplicar posturas que sustituyan a las posiciones que representan malos hábitos y ejercicios que le ayuden a fortalecer músculos débiles. Lo ideal para esto es contar con el apoyo de un fisioterapeuta.
Notas relacionadas