Lo dice una persona que ha constatado esa verdad con su propia experiencia: el empresario Francis Durman, CEO de Grupo Montecristo.

Recuerda que sus padres (Arthur Durman y Sylvia Esquivel) le inculcaron, desde muy niño, la disciplina con el deporte, el cuidado de la salud y hacerse revisiones médicas preventivas cada año.

“Tengo que ser sincero: gracias a esos chequeos, logré controlar los dos cáncer que he tenido, porque los detectamos temprano”, expresa este ingeniero mecánico egresado de la Universidad A&M de Texas, Estados Unidos.

De inmediato, explica que ambos cánceres eran silenciosos, por lo que él no sentía nada, no tenía dolor.

“Los exámenes preventivos prendieron la luz”, afirma quien asegura haber “pasado por donde asustan”. (Vea video adjunto con otras experiencias y visiones de Francis Durman en torno a la prevención).

Esa es la oportunidad que él quiere para los demás.

“Una de mis mayores satisfacciones es ver al Hospital Metropolitano y todos los demás negocios del Grupo permitiendo que personas de la clase media puedan hacerse exámenes preventivos o correctivos. Eso es posible porque nuestros costos están dentro de los márgenes que ese gran grupo de la población puede pagar”.

El Hospital Metropolitano es una de las empresas de la división salud de Grupo Montecristo; las otras son: MediSmart, Centro de Nutrición Clínica, Centro de Salud Mental Herrera Amighetti, Dres. Dent, Laboratorios Páez, Pedia Clinic, Farmacia La Botica y Soporte Asistido Aéreo y Terrestre.

¿Cuál es el siguiente desafío?, le preguntamos.

Su respuesta: “Seguir buscando de manera intensa la excelencia en los servicios y la productividad, de modo que sigamos bajando costos y más gente tenga acceso a nuestros servicios de salud”.

Dar el primer paso para llegar hasta este punto no fue fácil. En el seno de la familia Durman Esquivel se discutió mucho en torno a si tenía sentido o no entrar en el sector de los servicios de salud privada para la clase media, ya que había que hacer inversiones muy importantes para competir en un mercado tradicionalmente enfocado en los grupos de la población con mayores ingresos económicos.

“Con el tiempo logramos convencerlos y empezamos esta aventura en la que teníamos claro en dónde queríamos participar, en dónde queríamos jugar y en dónde no”, declara Durman.