Lo bueno y lo malo de la sal
✔ El contenido médico de este artículo fue verificado por la Dra. Fiorella Sancho Murillo
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- No consuma más de una cucharadita de sal al día.
- Procure desacostumbrar su paladar al sabor adictivo del sodio.
- Una nutrición con cantidades adecuadas de sal es una aliada contra la hipertensión.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
Entrevistar a las nutricionistas Gabriela Salas y Noemy Araya sobre el uso de la sal en los hogares costarricenses, equivale a escuchar una y otra vez que este condimento es bueno para el organismo siempre y cuando no se utilice en exceso.
Con estas especialistas del Centro de Nutrición Clínica conversamos recientemente, y por separado, en sus consultorios ubicados en la sede del Hospital Metropolitano en el centro comercial Plaza Lincoln, en San Vicente de Moravia.
Ambas sostienen que el sodio que contiene ese sazonador ayuda a regular la cantidad de líquidos en el cuerpo, las contracciones del corazón y las transmisiones nerviosas.
Dra. María Gabriela Salas
«La sal en Costa Rica, de acuerdo con la legislación, está fortificada con yodo, que es un mineral que necesitamos para una buena salud tanto física como mental«, explica Salas y agrega: «El problema es cuando abusamos del consumo».
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es clara al advertir que el exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial (hipertensión), representa un posible factor de riesgo para el cáncer gástrico y está asociada con la insuficiencia renal y la osteoporosis.
Señala esa institución que la presión arterial alta contribuye en al menos el 40% de todas las enfermedades del corazón y accidentes cerebro vasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de cinco gramos de sal por día, lo cual equivale a una cucharadita.
«No es que la sal sea mala, es que la consumimos en exceso. El problema es que tenemos el paladar acostumbrado a un exceso de sodio, por lo que es difícil acostumbrar el gusto a menos sal; sin embargo, el organismo está hecho para acostumbrarse a todo«, afirma Araya.
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