"Los tratamientos naturales no deshacen los cálculos biliares"
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- ¿Tiene más de 40 años? Hágase un ultrasonido de abdomen superior.
- ¿Tiene piedras en la vesícula? Sométase a una operación.
- ¿Tiene sobrepeso? Contrólelo con ejercicio y dieta.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
En su consultorio ubicado en el Hospital Metropolitano de San José, la Dra. Cinthya Solano conserva una pequeña colección de cálculos (piedras) que se encontraban en las vesículas biliares que ella eliminó de varios de sus pacientes por medio de cirugía.
Durante la entrevista que nos concedió hace algunos días, nos mostró varias de esas formaciones sólidas; la más grande de ellas tenía un tamaño similar al de la moneda de ¢500,00. Sin embargo, pueden alcanzar la dimensión de una pelota de golf. (Vea foto adjunta).
«Las tengo aquí para enseñárselas a las personas que me dicen que no necesitan operarse porque están eliminando las piedras con tratamientos naturales como tomar aceite de oliva en ayunas o beber té de chancapiedra. Esas piedras no se deshacen», asevera esta especialista. (Vale la pena leer la nota Cálculos biliares, ¿cómo detectarlos antes de que hagan daño?).
Explica que en este caso tampoco vale de nada tomar mucha agua, un hábito que sí surte efecto cuando se trata de expulsar mediante la orina los cálculos que se forman en los riñones cuando hay altos niveles de ciertos minerales.
«Las piedras de la vesícula no las orinamos. La única manera de sacarlas del cuerpo es eliminando la vesícula. Cuando un paciente tiene ese tipo de cálculos, hay que operar para evitar que sufra de dolores muy fuertes o ponga en riesgo su vida debido a una pancreatitis producida por una piedra atravesada en alguno de los conductos del páncreas», advierte la Dra. Solano. (Le recomendamos leer la nota 6 ventajas de operarse la vesícula con laparoscopia).
Tratar de mantener un peso saludable por medio del ejercicio físico cotidiano y una alimentación mucho más rica en fibras que en grasas, es una de las acciones preventivas más recomendadas, en especial para quienes se encuentran en proceso de recuperación tras haberse sometido a un cirugía de vesícula. (No se quede sin leer la nota Una cirujana alza la voz contra las comidas grasosas).
¿Y cómo podemos detectar la presencia de esos cálculos antes de que afecten la salud? Hay que someterse a un ultrasonido de abdomen superior, examen que las personas mayores de 40 años deben hacerse una vez al año y cuyo resultado se muestra en una imagen.
Un órgano con forma de pera
El sistema biliar está compuesto de órganos y de conductos (vías biliares, vesícula biliar y estructuras asociadas) que se ocupan de la producción y del transporte de la bilis.
El transporte de la bilis sigue esta secuencia:
- Luego de que las células del hígado segregan la bilis, esta es recogida por un sistema de conductos que fluyen desde el hígado a través de los conductos hepáticos derecho e izquierdo.
- Por último, estos conductos drenan su contenido dentro del conducto hepático común.
- Luego, el conducto hepático común y el conducto cístico confluyen desde la vesícula biliar para formar el conducto colédoco, cuyo recorrido va desde el hígado hasta el duodeno (la primera porción del intestino delgado).
- Sin embargo, no toda la bilis va directamente al duodeno. Alrededor de un 50% de la bilis producida por el hígado es depositada primero en la vesícula biliar, que es un órgano con forma de pera ubicado directamente debajo del hígado.
- Después de que se ingiere la comida, se contrae la vesícula biliar, que vierte en el duodeno la bilis depositada para ayudar a emulsificar las grasas.
Fuente: Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano.
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