Neurodiversidad, las dos caras de la moneda

El lado positivo del movimiento

El movimiento de Neurodiversidad busca cambiar en la narrativa con la que la sociedad percibe y trata a las personas neurodivergentes, para crear un mundo más inclusivo donde todos puedan prosperar, independientemente de cómo funcione su cerebro.

El término «neurodivergente» se ha adoptado para describir a aquellos cuyas diferencias cerebrales afectan la forma en que funciona su cerebro. Es decir, busca reconocer que no existe una única forma «correcta» de que el cerebro funcione y que estas diferencias no deben ser vistas como déficits.

Sin embargo, es importante recalcar que ser neurodivergente no es un término médico, sino una forma de describir a las personas utilizando palabras que eviten el estigma asociado con términos como «normal» y «anormal».

Por lo tanto, el movimiento de Neurodiversidad busca desafiar las expectativas sociales y los estigmas asociados con la neurodivergencia, señalando que muchas personas neurodivergentes enfrentan dificultades debido a sistemas o procesos establecidos en la sociedad que no les dan la oportunidad de mostrar sus fortalezas o que crean nuevos desafíos para ellos.

El lado negativo del movimiento

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones detrás del movimiento de Neurodiversidad, no todo es color de rosas.

Uno de los principales problemas que señalan los miembros de la comunidad autista es la desconexión entre la narrativa de la neurodiversidad y las experiencias de aquellos con autismo severo.

Por ejemplo, los defensores del movimiento suelen enfocarse en las personas con severidad de autismo baja, pasando por alto las duras realidades de aquellos con un grado de severidad elevada, quienes requieren cuidados intensivos y atención constante.

Por lo tanto, se argumenta que el movimiento de Neurodiversidad puede llegar a romanticizar el autismo, ignorando las dificultades significativas que enfrentan aquellos con formas más severas de la condición.. 

Otro punto de controversia es la idea de que el autismo es simplemente «una variación de lo normal». Esta noción entra en conflicto con la definición científica del autismo como una condición con orígenes en el desarrollo cerebral. 

Por último, mientras que los investigadores buscan comprender el autismo para desarrollar tratamientos que mejoren la calidad de vida de quienes lo deseen, los defensores de la neurodiversidad a menudo se oponen a la idea de encontrar una cura.

Este rechazo surge del argumento de que esto implicaría eliminar una parte de la identidad de las personas neurodivergentes. Pero de nuevo, no toma en consideración que hay quienes si desean potenciales tratamientos, como aquellos con autismo severo.

En conclusión, si bien el movimiento de Neurodiversidad ha contribuido significativamente a la creación de conciencia y aceptación de las personas neurodivergentes, también enfrenta críticas por su enfoque a menudo idealizado del autismo y su falta de atención a las realidades de aquellos que viven con formas más severas de la condición.