Conozca tres buenos hábitos
de la directora del hospital de niños
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- Procure dormir bien.
- Tenga una alimentación balanceada.
- Cultive las buenas relaciones interpersonales.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
«Tengo un hábito que es muy importante para la salud: me gusta dormir y duermo muy bien, gracias a Dios. Puedo tener grandes preocupaciones, pero cuando es el momento de descansar pongo las preocupaciones en pausa y me duermo». (Le recomendamos leer la nota 8 consejos para dormir mejor).
Esa fue la primera respuesta que dio la Dra. Olga Arguedas, pediatra, inmunóloga y directora del Hospital Nacional de Niños, cuando le hicimos la siguiente pregunta:
¿Cuáles son sus tres hábitos de salud favoritos?
Otro hábito es me gusta comer bien, lo que no significa comer caro o exótico, sino tener una dieta balanceada con todos los grupos alimentarios. No me privo de nada, como de todo, solo que como con moderación y tengo hábitos muy estructurados de alimentación: nunca como entre comidas, no soy muy amiga de los dulces, me gustan más las sopas y las ensaladas, ¡me encantan! (Vale la pena leer la nota Cómase los alimentos en este orden).
El tercer hábito, en que tiempos de pandemia fue difícil, es que creo en el valor terapéutico de las relaciones entre las personas; me gusta mucho la vida familiar, compartir con amigos, tengo siempre muchos intereses culturales y de diferente naturaleza que le dan a la vida esa especia especial que necesita.
¿Hay algún hábito en el que aún tiene mucho camino por andar?
Sí, el ejercicio físico. Soy un poco perezosilla con el ejercicio físico. En realidad no practico deportes de alto rendimiento, no me gusta mucho la cultura del gimnasio. Por eso capitalizo lo que me gusta hacer: caminar y bailar; la idea es moverse, tenemos que movernos si queremos una vida saludable.
¿Hay alguna tentación o piedra de tropiezo que atenta contra sus propósitos personales en materia de buenos hábitos?
Sí, hay un hábito que puede atentar contra mi bienestar: cuando tengo una urgencia laboral, algo prioritario, que tengo que terminar, trabajo sin parar hasta lograrlo. Esto quiere decir que a veces tengo jornadas laborales muy largas en las que no como nada, ni siquiera voy al baño. (No se quede sin leer la nota Tres claves para la recuperación de todo paciente).
Eso no sucede todos los días, pero ocasionalmente hay una semana en la que tengo varias jornadas de 12 horas y en algunas de me salto al menos uno de los tiempos de alimentación del día; por lo general el almuerzo porque el desayuno es sagrado.
¿Qué desayuna generalmente?
Mi desayuno consiste en un café; soy un poco meticulosa en la escogencia del café. Estoy muy contenta con el café de la zona de Dota porque es muy bueno. Tengo que tomarme un café de buena calidad; por eso lo hago en casa, porque allí controlo todas las variables. (Esta nota tiene información relevante para usted: ¿El café es bueno o malo?).
Además, me como, rigurosamente, un par de huevos y una fruta; generalmente un banano, unos pedacitos de papaya o piña. Eso es todo. En el desayuno no como pan.
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