Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!

1. Cuidado con los chips, pues suelen tener mucha sal y grasa.
2. Sea precavido con las sopas empacadas, ya que son altas en sodio.
3. Encienda una luz de alerta ante los refrescos light: tienen poca azúcar pero mucho sodio.

José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com

La nutricionista se llama Noemy Araya, cuenta con 13 años de experiencia en esa especialidad que educa a las personas sobre el buen comer y eligió esa profesión en memoria de la abuela materna, quien murió de complicaciones generadas por la diabetes.

«Dios mío, ¿cómo puedo ayudar a mi abuelita para que se sienta bien?», era la pregunta que se hacía una y otra vez durante su infancia quien hoy día tiene familiares muy cercanos que padecen hipertensión. (Hágase un favor: lea la nota «Somos negligentes frente a dos grandes enemigos»).

Con base esas vivencias y los conocimientos adquiridos, estos son los cinco productos que se niega a consumir esa especialista del Centro de Nutrición Clínica de Grupo Montecristo:

1. Chips como papas, plátanos y yucas tostadas. «Son altos en grasa y sodio (sal)», explica Araya.
2. Sopas empacadas. «En toda casa hay y es lo primero que le recetan a quien se enferma, pero tienen mucho sodio». (Lea la nota Tres pecados capitales que cometemos con la sal).

3. Embutidos altos en sodio. «No es que del todo no consuma embutidos, pero soy muy selectiva; los prefiero de pavo o pollo, pues los de cerdo contienen más grasa. Los como muy de vez en cuando». (Vale la pena leer la nota No solo de sal vive el paladar).
4. Refrescos light. «Son bajos en azúcar pero muy altos en sodio, algo que complica a las personas hipertensas».
5. Condimentos artificiales. «Suelen tener mucho sodio». (Le aconsejamos leer la entrevista «Un 70% de la prevención está en lo que comemos»).

Después de dar esa lista de productos prohibidos en su cocina, Noemy recuerda otra razón por la que se inclinó por estudiar nutrición.

«Siempre he sido delgada y cuando era niña lo bonito era que los chiquitos fueran gorditos, entonces en casa me metían vitaminas y constantemente se preguntaban «¿esta chiquita no tendrá algo?» Me costaba comer a muy temprana edad», rememora.