Factores de riesgo para Cáncer de Mama

Tres consejos para aplicar hoy mismo:
 
  1. Mantenga un peso adecuado, haga ejercicio regularmente, limite el consumo de alcohol y evite fumar.
  2. Realice su mamografía anual y consulte a un especialista si tiene antecedentes familiares o lesiones mamarias previas.
  3. Si tiene antecedentes familiares o es parte de un grupo étnico de mayor riesgo, hable con tu médico sobre estudios genéticos o estrategias preventivas adicionales.

Dra. Ariane Lang
Comunicadora de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com

El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres en todo el mundo. Aunque puede desarrollarse de manera esporádica, entender los factores de riesgo permite una detección más temprana y, en algunos casos, la prevención.

El  Dr. Álvaro Peña, especialista en senología del Hospital Metropolitano, explica cómo se dividen estos factores y por qué es importante trabajar en aquellos que podemos modificar.

«Los factores de riesgo se agrupan en dos grandes categorías: aquellos que podemos cambiar mediante nuestras acciones (modificables) y los que no dependen de nosotros (no modificables).»

Factores de riesgo modificables

1- Obesidad adquirida:
El sobrepeso es un factor significativo en el desarrollo de cáncer de mama. La grasa corporal puede convertirse en una fuente de estrógenos, hormona que, en exceso, estimula el crecimiento de células mamarias, aumentando el riesgo de cáncer.

2- Estado hormonal:
El uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal o anticonceptivos orales (por más de 10 años) se asocia con un aumento del riesgo. Asimismo, la exposición externa a estrógenos incrementa la probabilidad de cambios en las células mamarias.

3- Consumo de alcohol:
Beber alcohol en exceso puede elevar el riesgo de cáncer de mama hasta en un 15%. El alcohol puede alterar los niveles hormonales y dañar el ADN celular, facilitando mutaciones.

4- Tabaquismo:
Fumar, especialmente si se inició antes de los 18 años, aumenta el riesgo de cáncer de mama. La exposición prolongada a sustancias tóxicas del cigarrillo contribuye al daño celular y a la inflamación crónica.

Factores de riesgo no modificables

1- Sexo:
Ser mujer es el principal factor de riesgo. Aproximadamente 1 de cada 8 a 10 mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida.

2- Edad:
El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad. Mientras que a los 20 años el riesgo es de apenas 0.1%, a los 60 años asciende a aproximadamente 3.5%. La mayoría de los casos ocurren en mujeres mayores.

3- Antecedente de cáncer de mama:
Las personas que ya han tenido cáncer de mama tienen un riesgo 3 a 4 veces mayor de desarrollar un segundo cáncer.

4- Historia familiar:
Tener un familiar de primer grado (madre, padre, hermana o abuela) con cáncer de mama duplica el riesgo. Si hay dos familiares de primer grado afectados, el riesgo se multiplica hasta cinco veces.

5- Mutaciones genéticas:
Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 son las más conocidas y aumentan el riesgo de forma considerable. Igualmente, en ciertos grupos, como las personas de ascendencia askenazí, el riesgo puede aumentar incluso hasta en un 70-80%.

6- Densidad mamaria:
Las mamas densas, con más tejido glandular y fibroso que graso, no solo dificultan la detección temprana mediante mamografía, sino que también aumentan el riesgo en un 3.9%.

7- Antecedentes de lesiones mamarias:
Lesiones como hiperplasias ductales atípicas o carcinoma ductal in situ identificadas en biopsias son consideradas de alto riesgo y requieren intervención especializada.

8- Etnia:
Las mujeres afroamericanas tienden a presentar tumores más agresivos y en estadíos más avanzados. Además, son más propensas a tipos de cáncer triple negativo, que no responden a terapias hormonales.

9- Estado hormonal:
Una vida reproductiva prolongada —menarquia temprana y menopausia tardía—, no haber tenido hijos o haber tenido el primer hijo después de los 30 años, aumenta la exposición hormonal y el riesgo de cáncer.

10- Exposición a radiación:
La exposición a radioterapia en el tórax, especialmente cerca de la edad de la pubertad, también eleva el riesgo de cáncer de mama en etapas posteriores de la vida.

11- Obesidad heredada:
Algunas mujeres posmenopáusicas con predisposición genética al sobrepeso tienen un riesgo adicional debido a que su tejido graso se convierte en una fuente activa de estrógenos.

¿Qué hacer con esta información?

Aunque no podemos cambiar nuestra genética ni nuestra edad, sí podemos actuar sobre los factores modificables para reducir significativamente nuestro riesgo de cáncer de mama. Llevar un estilo de vida saludable, evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, y controlar el peso corporal son estrategias clave.

Además, la detección temprana sigue siendo fundamental. Realizarse la mamografía anual (complementada con ultrasonido cuando sea indicado), consultar a especialistas ante cualquier cambio sospechoso en la mama y considerar opciones preventivas en casos de alto riesgo genético, son pasos concretos que pueden marcar la diferencia.

«El cáncer de mama es esporádico en la mayoría de los casos. La herencia solo representa alrededor de un 15-20%,» destaca el especialista. Por eso, enfocarnos en los factores modificables es nuestra mejor estrategia.

Recordemos: cada acción preventiva cuenta, y el conocimiento es el primer paso hacia una vida más saludable.

Fuentes:

  • Entrevista al Dr. Álvaro Peña, senólogo del Hospital Metropolitano. (2025).
  • El Dr. Peña es Médico Cirujano con una especialidad en Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Costa Rica e Investigador en Cáncer de Mama de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota. Es experto en consulta de Senología, que incluye cirugía y atención de problemas mamarios y especialmente cirugía de cáncer de mama.

Publicado en Mayo, 2025.

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