Síndrome de Down: 8 mitos comunes y la realidad detrás de ellos

Tres consejos para aplicar hoy mismo:
 
  1. Si tiene un familiar, estudiante o conocido con Síndrome de Down, apoye su derecho a la educación regular.
  2. No infantilice a los jóvenes y adultos con Síndrome de Down y recuerde que son individuos con aspiraciones, emociones y derechos.
  3. Apoye negocios que contraten a personas con Síndrome de Down y contribuya a crear una sociedad más inclusiva.

Dra. Ariane Lang
Comunicadora de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com

El Síndrome de Down es una condición genética que afecta aproximadamente a 1 de cada 800 nacimientos.

Sin embargo, a pesar de los avances en la inclusión y el conocimiento sobre esta condición, todavía persisten muchos mitos que pueden generar discriminación y barreras innecesarias. 

Para aclarar estos conceptos erróneos, Rosette Kleiman, fundadora y presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Costa Rica (ASIDOWN), comparte información clave para rectificar algunos de los mitos más comunes.

Mito 1: “La mayoría de los niños con Síndrome de Down nacen de padres mayores.”

Realidad: Aunque la incidencia de Síndrome de Down aumenta con la edad materna, el 80% de los niños con esta condición nacen de madres menores de 35 años. Sin embargo, la incidencia de nacimientos de niños con Síndrome de Down sí aumenta con la edad del padre y/o la madre.

Mito 2: “Los programas de educación especial son la única opción para estudiantes con Síndrome de Down.

Realidad: Los niños con Síndrome de Down tienen derecho a la educación inclusiva dentro del sistema regular. Con los ajustes y apoyos adecuados, pueden aprender junto con sus compañeros sin necesidad de segregación.

«La segregación es una forma de discriminación, y aunque históricamente se crearon escuelas de educación especial, las políticas de educación inclusiva y las experiencias han demostrado el beneficio de la educación inclusiva no solo para los estudiantes con discapacidad, sino que para toda la comunidad educativa,» aclara Rosette.

Mito 3: “Las personas con Síndrome de Down no pueden ser miembros activos de su comunidad."

Realidad: Con las oportunidades adecuadas en la comunidad, educación, empleo y actividades recreativas, las personas con Síndrome de Down pueden contribuir activamente a la sociedad. La clave es brindarles espacios de inclusión y reconocer sus capacidades.

Mito 4: “Los adultos con Síndrome de Down son iguales que los niños con esta condición."

Realidad: Las personas con Síndrome de Down pasan por todas las etapas de desarrollo como cualquier otra persona: infancia, adolescencia, adultez y adultez mayor, tanto en el área física, social y cognitiva. Por lo tanto, es fundamental tratarlas según su edad cronológica y no infantilizarlas, recordando que tienen capacidades, sueños e ilusiones propias, al igual que el resto de las personas.

Mito 5: “Los adultos con Síndrome de Down no pueden establecer relaciones de pareja ni casarse."

Realidad: Las personas con Síndrome de Down tienen derecho a vivir su afectividad y sexualidad. Con educación y apoyo adecuado, pueden enamorarse, formar relaciones de pareja e incluso casarse. Como a todas las personas, es fundamental brindar educación afectiva y sexual adecuada, y no privarlos de un derecho como es el de la salud sexual.

Mito 6: “Las personas con Síndrome de Down no pueden trabajar ni ser independientes."

Realidad: Muchas personas con Síndrome de Down trabajan en el sector público y privado, desarrollando sus habilidades y logrando niveles altos de autonomía. La inclusión laboral es clave para su independencia y bienestar.

Mito 7: “Tener un hermano con Síndrome de Down afecta negativamente a la familia."

Realidad: Estudios demuestran que los hermanos de personas con Síndrome de Down suelen desarrollar mayor empatía, paciencia, comprensión y respeto por la diversidad cuando crecen en un hogar inclusivo. Es importante que los padres reconozcan el valor que cada hijo tiene en el núcleo familiar y transmitir estos valores a todos los hermanos.

Mito 8: “El Síndrome de Down es una enfermedad."

Realidad: El Síndrome de Down NO es una enfermedad, sino una condición genética. Las personas con esta condición pueden tener buena salud o desarrollar problemas médicos tratables, como cualquier otra persona.

Desmitificar estas percepciones erróneas es esencial para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa. Como destaca Rosette Kleiman, «la clave está en brindar oportunidades y creer en las capacidades de cada persona.»

Fuentes:

  • Entrevista a Rosette Kleiman, Rosette Kleiman. Fundadora y Presedente de la Asociación Síndrome de Down de Costa Rica (ASIDOWN). (2025)
  • Rosette cuenta con más de 30 años de experiencia como activista en temas de inclusión de las personas en situación de discapacidad. Ha dedicado su carrera a la defensa de los derechos de las personas con discapacidad y a la creación de programas sociales innovadores.

Publicado en Marzo, 2025.

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