Tres consejos para aplicar hoy mismo:
- Si sospecha que un ser querido padece un TCA, aborde el tema con empatía, evitando hacer juicios sobre su comportamiento.
- Los TCA requieren tratamiento especializado, por lo que es necesario buscar la orientación de un psicólogo o terapeuta con experiencia en el tema.
- Promueva la alimentación intuitiva y evite comentarios sobre el cuerpo o el peso, creando un ambiente libre de prejuicios.
Dra. Ariane Lang
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades complejas que afectan tanto la salud mental como física de quienes los padecen.
Estos trastornos no se limitan a un solo perfil de persona, pueden afectar a cualquier individuo sin importar su edad, género o contexto social.
Para entender mejor los TCA, entrevistamos a la Dra. María Acosta, psicóloga del Centro de Salud Mental Herrera Amighetti especializada en el tema, quien nos brindó información clave sobre las señales de alerta, factores emocionales y cómo buscar ayuda.
Señales de Alerta de un TCA
Uno de los principales desafíos al enfrentar un TCA es que no siempre es fácil identificarlo, especialmente en las primeras etapas.
La Dra. Acosta nos explica que aunque algunas señales son más evidentes, como el bajo peso o vomitar después de comer, existen otros comportamientos menos visibles pero igualmente preocupantes.
«Evitar ciertos grupos de alimentos, eludir actividades sociales relacionadas con la comida, tomar laxantes o hacer ejercicio en exceso pueden ser parte de un TCA no especificado», señala.
Estas conductas compensatorias pueden pasar desapercibidas o ser justificadas como una forma de «control» o «disciplina». Es importante estar atentos a estos patrones, ya que una relación conflictiva con la comida puede desencadenar o estar relacionada con un TCA.
Factores emocionales y psicológicos
Los TCA no son solo una cuestión de peso o apariencia física, sino que tienen raíces profundas en factores emocionales y psicológicos. Según la Dra. Acosta, baja autoestima, traumas no resueltos, y una mala relación con la comida son algunos de los detonantes más comunes.
Además, las dinámicas familiares juegan un rol importante, especialmente cuando existen prejuicios respecto al cuerpo o una obsesión con el peso. Asimismo, el perfeccionismo o la búsqueda constante de cumplir con estándares inalcanzables también son factores que agravan estos trastornos.
Finalmente, la psicóloga comenta que la ansiedad o la depresión pueden estar presentes en quienes padecen TCA, lo que aumenta la sensación de pérdida de control. Esto crea un ciclo donde la persona intenta manejar su dolor emocional a través de la comida.
Impacto en la salud mental
El impacto de un TCA en la salud de una persona puede ser devastador, y las consecuencias más profundas son a menudo emocionales.
«Una persona que vive con un TCA transita cada día con mucho miedo: miedo a la comida, miedo a perder el control. Vive con dolor emocional y, muchas veces, sabe que lo que está haciendo le hace daño, lo que aumenta la culpa», nos comenta la Dra. Acosta.
Esta combinación de miedo, culpa y dolor emocional puede llevar a la persona a un aislamiento social y emocional que trata de canalizarlo por medio de la comida, agravando aún más el trastorno.
¿Cómo actuar si sospechamos un TCA?
Si sospecha que un ser querido está padeciendo un TCA, es crucial abordar el tema con sensibilidad.
La Dra. Acosta recomienda, en primer lugar, «hablar abiertamente y escuchar lo que le pasa a la persona sin juzgar». La comprensión y la empatía son esenciales para que la persona se sienta segura al compartir sus sentimientos.
Además, es fundamental sugerir la ayuda de un profesional en salud mental, siendo preferible que el profesional tenga experiencia en TCA, ya que estos trastornos requieren un enfoque especializado, explica.
Por último, en caso de que la persona afectada sea menor de edad, la responsabilidad recae sobre los padres o cuidadores para tomar las medidas necesarias y buscar la ayuda apropiada.
Estrategias de prevención
Las familias pueden desempeñar un papel importante en la prevención de los TCA al fomentar un entorno saludable alrededor de la alimentación y la imagen corporal. Algunas estrategias preventivas recomendadas por la Dra. Acosta incluyen:
- Evitar hablar del cuerpo y del peso: Es fundamental dejar de hacer comentarios sobre la apariencia física de los demás, y en su lugar, enfocarse en las habilidades y fortalezas de las personas.
- Promover la alimentación intuitiva: La alimentación debe verse como una experiencia positiva, donde se disfrutan los alimentos utilizando todos los sentidos.
- Eliminar la cultura de la dieta extrema: Es necesario dejar de etiquetar los alimentos como «buenos» o «malos» y evitar comportamientos que promuevan las dietas restrictivas.
Al implementar estas estrategias, las familias pueden crear un ambiente más saludable y reducir el riesgo de que sus hijos desarrollen una relación conflictiva con la comida.
¿Cómo buscar ayuda?
A veces, quienes padecen un TCA pueden tener miedo o vergüenza de hablar sobre lo que están viviendo. En estos casos, la Dra. Acosta asegura que «la consulta psicológica siempre será un espacio donde la persona puede hablar sin miedo a ser juzgada»
Además, comenta que el proceso de apertura lleva tiempo y no debe ser forzado, por lo que está bien si la persona no se siente lista para hablar del tema desde la primera sesión.
Si usted o alguien cercano está lidiando con un TCA, buscar ayuda de un psicólogo es el primer paso para romper el ciclo, el cual puede encontrar en los directorios médicos del Hospital Metropolitano, Centro de Salud Mental Herrera Amighett o MediSmart.
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