¿Antojos durante el embarazo?
La palabra clave es moderación
Tres consejos que usted puede aplicar ¡hoy!
- Satisfaga los antojos saludables con medida, sin excederse.
- Consuma únicamente carnes bien cocidas y leche pasteurizada.
- Absténgase de ingerir sustancias que contengan parásitos; por ejemplo, tierra.
José David Guevara Muñoz
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com
«Si durante el embarazo siento antojo de comer helado, me compro un cono, no un envase de un litro», dice la nutricionista Karla Sandí, asesora en lactancia.
Para esta profesional del Centro de Nutrición Clínica (CNC), moderación es la palabra clave a la hora de satisfacer lo que el Diccionario de la Lengua Española define como «un deseo apremiante y pasajero atribuido popularmente a la mujer embarazada». (Vale la pena leer la nota Los 10 mandamientos de la crianza de los hijos).
Se dice que estos antojos aparecen genaralmente durante las últimas semanas del primer trimestre y se intensifican durante el segundo trimestre, precisamente cuando el organismo empieza a experimentar mayores cambios hormonales.
La Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano reconoce la necesidad que experimentan algunas mujeres, durante la preñez, de consumir polvo, arcilla, hielo, arroz crudo, almidón o carbón. «Las ansias pueden indicar que existe una deficiencia nutricional, por ejemplo, la falta de hierro en el cuerpo», explica este banco de datos en materia de bienestar. (Le recomendamos leer la nota Alimentación en el hogar: 6 consejos de una nutricionista).
Para Sandí se trata, más que todo, una necesidad mental que hay que atender con sumo cuidado y atendiendo las recomendaciones médicas.
¿Deficiencia nutricional o necesidad mental? Sea cual sea el verdadero origen de este tipo de antojos, lo verdaderamente importante, según la nutricionista mencionada, es actuar con moderación, atendiendo siempre las recomendaciones médicas para evitar poner en peligro la salud, en especial si se padece diabetes gestacional (que aparece por primera vez en mujeres embarazadas que nunca antes padecieron esta enfermedad). (Lea la nota Lactancia. la primera vacuna es un regalo de mamá).
Sandí aconseja velar por la adecuada cocción de las carnes que se ingieren durante esa etapa de la maternidad, ya que si están bien cocidas, los microorganismos peligrosos desparecen. (Esta receta invita a preparar Un almuerzo vegetariano, rico y bueno para su salud).
En cuanto al sushi (comida típica japonesa que suele incluir algunos ingredientes crudos), sugiere abstenerse por completo de comerlo si no se tiene absoluta confianza del local donde lo preparan.
«La leche debe ser pasteurizada, no recién ordeñada, pues puede tener una alta cantidad de bacterias que perjudiquen la salud gastrointestinal de la madre», advierte esta profesional egresada de la Universidad Hispanoamericana. (No se quede sin leer el artículo La microbiota y el sistema nervioso).
En ese sentido, Karla Sandí no recomienda la ingesta de tierra u otras sustancias que contienen parásitos que pueden alojarse en el colon de la mujer.
Vale la pena tener presente la advertencia general que hace la Clínica Mayo, prestigiosa organización estadounidense, en el sentido de que los peores antojos de comida surgen cuando una persona se halla en su punto emocional más débil. (Este artículo tiene información relevante para usted: La importancia de equilibrar el azúcar en la sangre).
«Puede que recurras a la comida en busca de consuelo, ya sea una decisión consciente o inconsciente, cuando te enfrentas a un problema difícil, cuando te sientes estresado o incluso cuando estás aburrido», comenta esa institución.
Cambios digestivos durante el embarazo
Las hormonas del embarazo pueden afectar el aparato digestivo. La hormona progesterona, que causa la relajación del músculo liso, suele producir la relajación y el enlentecimiento de la digestión en el estómago, así como en el intestino delgado y el grueso.
La vesícula biliar también queda afectada con el retraso en el vaciado. Eso puede aumentar la probabilidad de que se formen cálculos biliares.
Muchas de las molestias digestivas del embarazo, como las náuseas o los vómitos, el estreñimiento y la acidez guardan relación con la relajación del tono y el retraso en el funcionamiento del aparato digestivo.
El útero en crecimiento puede afectar el aparato digestivo. A medida que crece, puede ejercer presión o incluso obstruir algunas secciones del tubo digestivo. Esto puede enlentecer el desplazamiento de la comida y causar estreñimiento.
Para prevenir el estreñimiento, aumente la ingesta de líquidos, haga ejercicio con regularidad y agregue más fibra a su dieta. Hable siempre con su proveedor de atención médica antes de tomar cualquier medicamento para esta afección.
Fuente: Biblioteca Médica Virtual del Hospital Metropolitano.
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