Autoexamen de Mama: Guía para la detección temprana

Condiciones de salud

✔ El contenido médico de este artículo fue verificado por el Dr. Oscar Durán Soto, especialista en Ginecología y Obstetricia.

Tres consejos para aplicar hoy mismo:

Escoja un día fijo cada mes para realizarse el autoexamen y no olvidarlo.
Familiarícese con la textura, forma y tamaño habitual de sus mamas para poder identificar cualquier cambio.
Si detecta bultos o cualquier otra anomalía, consulte a su médico cuanto antes.

Dra. Ariane Lang
Periodista de Mi Bienestar
editorial@mibienestarcr.com

El autoexamen de mama es una herramienta importante que puede ayudar para conocer mejor su cuerpo y detectar cambios inusuales en sus mamas.

Aunque no reemplaza a los exámenes médicos regulares ni a las mamografías, realizar una autoexploración mensual permite familiarizarse con la apariencia y textura normales de sus mamas, lo que puede facilitar la identificación de cualquier anomalía en una etapa temprana.

Detectar un bulto o una masa inusual puede ser el primer paso para buscar atención médica oportuna.

Cuándo realizar el autoexamen de mama

El mejor momento para realizar un autoexamen es en los días después de la menstruación, cuando las mamas tienen menos probabilidad de estar inflamadas o sensibles.

Si ya no se menstrúa, se puede seleccionar un día fácil de recordar cada mes, como el primer o último día del mes, para establecer una rutina constante.

Pasos para realizar un autoexamen de mama

Este proceso es rápido y sencillo, y puede hacerse tanto de pie como acostada.

Inspección visual

Para comenzar, párese frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos relajados a los lados. Observe tus mamas para identificar cualquier cambio visible en tamaño, forma o color. Asegúrese de que no haya deformaciones, bultos o hinchazón.
Repita la inspección levantando los brazos y prestando atención a las mismas áreas.

Si nota alguna de las siguientes alteraciones, no dude en contactar a su médico:

Formación de huecos o arrugas en la piel.
Bultos o masas visibles.
Cambios en la posición del pezón, incluyendo un pezón invertido.
Enrojecimiento, sarpullido, inflamación o dolor en el área del pezón o la mama.

Palpación de la mama

Este paso es fundamental para identificar bultos o masas.

Utilice las yemas de los dedos de la mano opuesta a la mama que vaya a examinar.
Haga movimientos circulares, del tamaño de una moneda, por toda la superficie de la mama, desde la clavícula hasta el abdomen y desde la axila hasta el escote.
Puede hacer esta palpación tanto de pie como acostada. La palpación en diferentes posiciones le ayudará a identificar posibles cambios en distintas áreas del tejido mamario.

Exploración de la axila

Incluir la axila en el autoexamen es importante ya que aquí se encuentran los ganglios linfáticos, y cualquier anormalidad en ellos puede ser una señal de alerta.

Palpe suavemente esta área para detectar bultos o hinchazones.

Consejos para una autoexploración efectiva

Hágalo parte de su rutina: Establezca un día fijo cada mes para realizar el autoexamen.
Confíe en su intuición: Si nota algo que parece fuera de lo normal, no lo ignore. Un cambio en la textura, tamaño o apariencia de tus mamas justifica una consulta médica, aunque no sienta dolor.
No olvide los exámenes médicos: Los autoexámenes son útiles, pero no reemplazan a los controles médicos. Complemente tu rutina con visitas regulares al médico y realice mamografías según lo recomendado para su edad y antecedentes familiares.

Fuentes: