Tres consejos para aplicar hoy mismo:
- Hablen desde su experiencia personal y eviten culpas o suposiciones para abrir espacios de conexión y comprensión mutua.
- En lugar de que la infertilidad se convierta en el tema central todo el tiempo, acuerden cuándo hablar del proceso y cuándo disfrutar tiempo juntos sin tocar el tema.
- En lugar de ofrecer soluciones o frases cliché, escuchen y validen las emociones de su pareja con presencia y ternura.
Lic. Jennifer Mora Muñoz
Psicóloga
Centro de Salud Mental Herrera Amighetti
Impacto emocional que enfrentan las parejas durante un proceso de infertilidad
El proceso de infertilidad suele estar cargado de emociones intensas y contradictorias. Muchas parejas enfrentan tristeza, frustración, culpa, ansiedad e incluso sentimientos de fracaso o vergüenza. También puede generar una sensación de pérdida constante, ya que cada intento fallido es vivido como un duelo.
En algunos casos, estas emociones pueden afectar la autoestima, la conexión de pareja y hasta la percepción de su proyecto de vida juntos. En pareja, es común que uno de los dos se sienta responsable, lo que puede generar sentimientos de culpa o vergüenza.
Por ejemplo, una mujer puede sentirse menos valiosa al no poder concebir, mientras su pareja quizás no sepa cómo consolarla sin que ella sienta lástima. O bien, un hombre que recibe un diagnóstico de baja fertilidad puede experimentar un golpe a su autoestima.
Apoyo necesario de la pareja cuando la otra persona atraviesa este diagnóstico
El apoyo emocional más valioso es el que valida la experiencia sin juzgar ni minimizar.
Escuchar activamente, estar presente física y emocionalmente, ofrecer gestos de ternura y sostén, son claves. No se trata de tener todas las respuestas, sino de ofrecer un espacio seguro donde la otra persona pueda expresar su dolor, miedo o incertidumbre sin sentirse sola ni incomprendida.
El apoyo debe ser empático, constante y sin presiones. Es esencial validar el dolor del otro sin intentar “arreglar” lo que no se puede controlar.
Por ejemplo, si tu pareja llega de una consulta médica llorando, evita frases como “todo va a estar bien” o “no te pongás así”, y en su lugar podés decir: “Sé que esto duele, y estoy aquí para ti. No tenés que cargar con esto sola/o.”
A veces, pequeños gestos como sentarse juntos en silencio pueden hablar más que cualquier palabra. Sentir que no se está solo es lo más importante.
Consejos para mejorar la comunicación durante este proceso
Es importante entender que cada persona atraviesa el proceso de manera distinta: uno puede sentirse más esperanzado, el otro más ansioso o desconectado.
Por eso, es esencial acordar momentos para hablar con honestidad y sin juicio sobre cómo se sienten. Usar frases desde la experiencia personal («Yo me siento…», «Para mí esto ha sido…») en lugar de culpas o expectativas, ayuda a construir puentes y no barreras. También es útil incluir espacios donde no se hable de infertilidad, para cuidar el vínculo más allá del diagnóstico.
Además, reconocer que cada uno vive el proceso desde una historia y un cuerpo diferente es clave. La mujer, por ejemplo, suele llevar el peso físico y hormonal de los tratamientos, mientras que el hombre puede sentirse excluido o impotente.
Una estrategia útil es establecer momentos específicos para hablar del tema, por ejemplo: “¿Te parece si hoy después de cenar conversamos sobre cómo estamos llevando todo esto?” De esta forma se cuida el tiempo emocional de ambos. También se puede usar un “diario compartido” donde cada uno escribe lo que siente si hablarlo directamente es muy difícil al inicio.
El papel de la empatía en el acompañamiento y cómo cultivarla en momentos de frustración o tristeza
La empatía es un ancla emocional en este proceso. Implica ponerse en el lugar del otro sin intentar cambiar su emoción, simplemente estar ahí con el corazón abierto.
Se cultiva al dejar de lado la necesidad de solucionar o controlar, y dar lugar a lo que el otro siente. Prácticas como la meditación, la respiración consciente y el diálogo reflexivo ayudan a mantener la conexión incluso en momentos de tristeza o tensión.
La empatía sostiene el vínculo cuando las emociones duelen. Es la capacidad de estar con el otro sin querer cambiar su emoción. Se cultiva escuchando con el corazón y dejando de lado los juicios.
Por ejemplo, si tu pareja dice: “Ya no quiero seguir intentándolo más”, podés responder: “Te escucho. No te voy a presionar. Quiero entender cómo te sentís y qué necesitas ahora.”
¿Cuándo es recomendable buscar ayuda profesional durante este camino?
Buscar ayuda profesional es recomendable cuando las emociones se vuelven abrumadoras, cuando hay dificultades en la comunicación, o cuando uno o ambos sienten que están desconectándose de sí mismos o del otro.
Por ejemplo, si uno de los dos comienza a evitar las conversaciones sobre el tratamiento o se muestra frío y ausente, es una señal de alerta.
Un espacio terapéutico puede ofrecer herramientas para transitar juntos el proceso, aliviar la carga emocional y fortalecer la relación. Incluso cuando todo parece estar bien, acudir a una sesión puede ayudar a prevenir rupturas emocionales, porque es un espacio donde ambos se sienten vistos y escuchados por igual.
Fuentes:
- La Lic. Jennifer Mora es certificada en Psicología Perinatal e Hipnoterapia, con formación en Mindfulness y un Diplomado en Acompañamiento Consciente e Integral del Periodo Materno Perinatal. Además, cuenta con un Máster en Administración Educativa que complementa su enfoque formativo y psicoeducativo.
- Se ha dedicado a acompañar procesos emocionales relacionados con la maternidad, la paternidad y el nacimiento, integrando un enfoque holístico que abarca las dimensiones física, emocional, cognitiva, social y espiritual del ser. Su trabajo se centra en brindar herramientas prácticas y amorosas para la preparación emocional antes, durante y después del embarazo, así como para el fortalecimiento del vínculo entre madres, padres y bebés.
Publicado en Junio, 2025.
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